sábado, 21 de noviembre de 2009

PRONUNCIAMIENTO SOBRE EL ESPIONAJE CHILENO

Partido Comunista del Perú Patria Roja
El reciente caso del espionaje chileno contra el Perú, en el que están comprometidos miembros de la FAP, pone en evidencia la necesidad de revisar la política llevada a cabo por los tres últimos gobiernos respecto al país del Sur.

La política chilena hacia el Perú se enmarca en los ejes de un proyecto de largo aliento, cuyas bases fueron diseñadas por Diego Portales en el siglo XIX, según el cual Chile debe convertirse en la potencia de esta parte del Pacífico, impidiendo que Perú le dispute esa supremacía. En consecuencia Chile debe impedir a Perú una política de alianzas desfavorable a sus intereses, en particular bloquear cualquier entendimiento entre Perú y Bolivia. Asimismo la geopolítica chilena considera el norte de su territorio como área para su expansión, donde se encuentran los territorios, materias primas y recursos energéticos necesarios para su desarrollo. La Guerra del Pacífico no fue más que una consecuencia de este enfoque, hecho que Chile preparó con anticipación, garantizando su ventaja militar sobre la alianza peruano-boliviana.

Contrariamente, las clases dominantes peruanas han sido incapaces de unificar al país en torno de un proyecto nacional. En lugar de ello ha primado la improvisación, la política de corto plazo, la subordinación de los intereses nacionales a la de pequeños grupos de poder.. Carentes de un espíritu patriótico, no les ha interesado hipotecar los intereses del Perú, desarrollar políticas entreguistas e incluso renunciar a la soberanía nacional. Con honrosas excepciones, durante la República los gobiernos de turno han sido implementadores de esta política nefasta para los intereses nacionales, lo que ha significado guerras perdidas y mutilaciones de nuestro territorio.
Con la aplicación del modelo neoliberal se ha desbocado y hecho más patente el entreguismo de las clases dominantes. Desconociendo los grandes problemas irresueltos que tenemos con Chile, han puesto en marcha una política denominada “de cuerdas separadas”, según la cual los negocios que se establecen con el país sureño, nada tienen que ver con los problemas pendientes en cuestión de límites, ni con la geopolítica, el armamentismo y estrategia que despliega Chile. Hoy como ayer las clases dominantes nativas ponen por delante sus intereses mezquinos y colocan la bandera del libre mercado por encima de los intereses de la patria. Bajo estos criterios, irresponsablemente han permitido que las empresas chilenas se hagan fuertes en nuestra economía, controlando áreas estratégicas, comprometiendo la defensa nacional y colocando en una situación de total vulnerabilidad a nuestro país.

Por ello, el tratamiento al caso del espionaje chileno requiere mucho más que palabras altisonantes, poses demagógicas o psicosociales. Requiere un encaramiento integral, donde la política económica, la defensa nacional y la soberanía del país deben estar articuladas y enmarcadas en un proyecto nacional. Se debe poner coto a la penetración económica chilena en nuestro territorio, recuperar para el Estado el control de las empresas y áreas estratégicas, garantizar la soberanía del cielo peruano mediante el restablecimiento de una línea de bandera nacional, el control de puertos, aeropuertos, transporte marítimo, servicios básicos, energía y recursos estratégicos. Bajo este criterio se debe derogar el artículo de la Constitución que da un tratamiento igualitario a las empresas extranjeras y peruanas, y reemplazarlo por otro que discrimine favorablemente a las inversiones nacionales; dejar sin efecto el TLC con Chile y garantizar el equipamiento de las fuerzas armadas para lograr su capacidad disuasiva y garante de la defensa de nuestro territorio.

En lo concreto, el Presidente de la República y la diplomacia peruana debe actuar con mayor firmeza para hacer respetar a nuestra patria y el gobierno debe decretar la ruptura de relaciones con Chile hasta que ese país brinde plenas satisfacciones al Perú; asimismo, es preciso que los diversos sectores del país rechacen la posición de los empresarios agrupados en el CADE, que se han pronunciado por la defensa del TLC con Chile, en los hechos avalando la política agresiva de ese país contra el Perú, lo que también constituye una forma de traición a la patria.
Perú, 20 de noviembre del 2009
Buró Político del Comité Central

No hay comentarios:

Publicar un comentario